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viernes, 18 de enero de 2019

COMO HACER QUE MI HIJO SEA MAS INTELIGENTE

Esta pregunta por partes de los padres cada vez se hace mas recurrente y es con la finalidad de que su hijo sea el mejor en todas las actividades que realice.  


1. Crea un fuerte vínculo con tu bebé

Según Tracy Cutchlow, editora del libro “Reglas cerebrales para bebés” (Brain Rules for Baby), el cerebro está programado para buscar seguridad y si no siente un ambiente seguro, no puede aprender. Por eso es tan importante hacer sentir seguro a tu bebe. 

Estos consejos le ayudarán a tu hijo a sentirse seguro:
  • Establece contacto piel con piel desde el principio.
  • Pasen tiempo frente a frente (déjalo que observe tu cara y aprenda de tus gestos).
  • Aplicarle masajes 
  • Háblale con frecuencia.

Crear un ambiente de seguridad puede ser difícil cuando tienes un recién nacido y estás lidiando con la falta de sueño, tu vida social parece haber desaparecido y tienes nuevas responsabilidades. Pero una relación sólida con tu pareja es una de las mejores formas de hacer sentir seguro a tu bebé. 

Cutchlow sugiere hacer una lista de tareas y llegar a un acuerdo con tu pareja sobre quién hará qué. Además recomienda tener una buena comunicación y apoyarse uno al otro, en los momentos emocionales y difíciles que se puedan presentar. 

Si tú y tu pareja llegan a tener una discusión frente al bebé, no te preocupes, ya que eso suele pasar. Pero asegúrate de reestablecer el sentido de seguridad haciendo las paces frente a tu bebé. Los bebés no entienden las palabras, pero sí las emociones entre tu y tú pareja y estas les afectan.


2. Nárrale tu día


Los expertos recomiendan que le hables mucho a tu bebé. El cerebro es un órgano que busca patrones, explica Jill Stamm, experta en desarrollo temprano del cerebro y autora del libro “Brillante desde el comienzo” (Bright From the Start). Mientras más patrones de lenguaje escuche, más fácil le será aprenderlo.



Cutchlow sugiere narrarle a tu bebé el día. “Los pensamientos están ahí todo el tiempo, y aunque normalmente no diríamos todo en voz alta, vocalizar información de forma constante mejora la capacidad cerebral de tu bebé”.

Los niños a los que les hablaron frecuentemente, para cuando cumplen los 3 años de edad, suelen tener un coeficiente intelectual (en inglés IQ) 1.5 veces más alto, que aquellos a quienes no les hablaron. Además, los niños que estuvieron expuestos al lenguaje con mayor frecuencia, tienen más habilidades para leer, hablar y escribir cuando asisten al preescolar.

Pero ¿cómo plantar la semilla de un buen desarrollo del lenguaje? Hay tres puntos clave: el número de palabras, la variedad y complejidad de las mismas y la forma en las que las dices. 

Cuando le narras tu día, estás usando de forma natural todo tipo de palabras, y cuando añades descripciones como “coche rojo” y “el café está muy cargado”, le pones más sabor al lenguaje que tu bebé está conociendo. 



El tono de tu voz también es importante. ¿Has usado, casi sin darte cuenta, ese tono de voz medio cantadito y exagerado con tu bebé? (Como “¡Hoooolaaa neeenaaa!”). Pues tiene su razón científica, los estudiosos del tema dicen que es una excelente forma de ayudar al cerebro de tu bebé a distinguir el lenguaje porque cada vocal suena muy distinta. Ese tono ayuda a los niños a separar los sonidos en categorías y los tonos altos son más fáciles de imitar. 

Jill agrega que los padres tienden a hablarles menos a sus niños si ellos no empiezan a balbucear. Sin embargo, no dejes que los silencios de tu pequeño te detengan, sigue hablándole, ya que está comprobado que eso les facilita aprender el lenguaje.

3. Pasa tiempo “cara a cara”


¿Te dan ganas de hacerle caras chistosas a tu bebé? ¡Hazlo! Recuerda que estarás fomentando su desarrollo cerebral. 

Estudios recientes muestran que los bebés comienzan a reconocer las expresiones faciales de sus padres a los 3 o 4 meses de edad y no paran ahí. A los 5 meses, los bebés pueden comprender emociones en caras de personas desconocidas. Entre los 7 y 9 meses, pueden entender los gestos de un perro o un mono también. 

Las emociones son una de las primeras formas en las que un bebé se puede comunicar, dice Ross Flom, profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad Brigham Young de Utah. Aprender a leer expresiones faciales es la base de la comunicación no verbal. 

Una buena comunicación verbal tendrá efectos positivos en tu bebé cuando sea adulto. Tendrá un mejor desempeño en el trabajo de equipo, menos discusiones y relaciones más fuertes y duraderas. 

El tiempo “cara a cara” nunca es demasiado, pero fíjate si tu bebé parece demasiado estimulado. El cerebro necesita pausas. Así que si tu bebé empieza a ver hacia otro lado o parece que ha perdido el interés, no lo fuerces, mejor dale unos minutos para que procese lo que ha aprendido.


4. Menos tiempo en el “contenedor”


Muchos bebés pasan horas en sillas infantiles para el auto todos los días, incluso si no están en el auto. Claro que la seguridad es lo primero.
¿Por qué? Porque los bebés necesitan poder responder a los estímulos externos. Para ello necesitan moverse libremente y ver arriba, abajo, enfrente y atrás. Necesitan seguir las señales que reciben en sus ojos y oídos. 



5. Señala


Estudios demuestran que los niños aprenden un lenguaje más rápido si les señalas el objeto al decir la palabra. 

Al principio, tu bebé te mirará a ti cuando señalas algo. Cuando crezca un poco, empezará a mirar lo que estás señalando con tu dedo. Para los 9 meses, la mayoría de los bebés comienzan a seguir tu dedo apuntando y notan lo que señalas, indica Flom. 

Alrededor de los 9 o 10 meses, lo bebés comienzan a traerte objetos para enseñarte. Esta interacción de compartir se llama “atención conjunta”. Esto significa que tu hijo ha desarrollado la habilidad de relacionarse contigo a través de algo (algo aparte de ustedes dos). 

¿Qué puedes hacer para fomentar esta habilidad? Continúa señalando cosas y hablando de ellas. Tu bebé puede no entender las palabras al principio, pero la comunicación con él se volverá cada vez más compleja. 

Podrías llevarlo al zoológico, por ejemplo, y apuntar un animal en particular y describírselo. Eso ayuda al desarrollo de sus habilidades sociales, cognitivas y de lenguaje. 


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